Especialmente teniendo en cuenta que los Ensayos Clínicos Aleatorizados se llegaron a considerar la única fuente fiable de conocimientos sobre Tratamientos (psicoterapéuticos en nuestro caso) Empíricamente Validados.
El tema no es nuevo en nuestro ámbito, y os recomiendo, por ejemplo, este excelente trabajo: Seidel, J. (2005). Experience is a biochemical intervention: Reconceptualizating the “biologically based mental illness.” Bulletin of the Menninger Clinic, 69(2), 157-171--lo encontraréis en español en el número 61 de la Revista de Psicoterapia.
Sin embargo, la reflexión es siempre necesaria: ¿por qué los estudios basados en Ensayos Clínicos Aleatorizados iban en contra de décadas de investigación, por ejemplo, de los miembros de la Society for Psychotherapy Research que sistemáticamente llevaban a destacar la importancia de los factores comunes, de la alianza terapéutica y la irrelevancia de los efectos diferenciales? (Argumentos todos ellos mucho más afines a una postura integradora que a una de especificidad).
¿Quizá la respuesta sea que los Ensayos Clínicos Aleatorizados no son siempre lo que parecen?
El artículo del Dr. Sobrino Daza en este enlace: